Previene y combate patologías como la cándida, salmonella o E. Coli.
Inhibe el crecimiento de microorganismos patógenos como los coccidios y otros parásitos.
Ayuda a combatir enfermedades respiratorias.
Favorece la digestión y la asimilación de nutrientes.
Fomenta la recuperación de aves enfermas.
Potencia la respuesta inmune y la supervivencia de las crías.
Estimula el apetito y la ingesta.
Inhibe el crecimiento de microorganismos patógenos que se eliminan por las heces, evitando su propagación y contaminación de los medios, en especial de las crías.